Sombras del Sistema Solar - Crónica del 24 de agosto
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Gracias a Alejandra, María, Irving y Stiven por sumarse a esta travesía. Ustedes hicieron posible esta historia con su entrega y creatividad en mesa.
En lo que sigue, usamos solo los nombres de sus personajes: Yes, Mir, Magnus y Andrómeca “Andi”.
Sistema jugado
Usamos un dado de diez caras (d10) con una escala simple y tensa:
- 1–3: fallo (salen mal las cosas; el peligro crece).
- 4–7: regular (lo logras, pero con coste o complicación).
- 8–10: éxito (la acción resulta clara a tu favor).
Se aplicaron ventaja y desventaja cuando la ficción lo necesita: con ventaja se tiran dos d10 y se toma el mayor; con desventaja, se toma el menor.
1) Despegue, emboscada y la trampa
La nave salió al vacío y, muy pronto, quedó claro que alguien la había cebado como presa: las señales de la propia nave la volvían un faro en mitad del espacio. El tablero táctico parpadeaba y el ruido llenaba canales que debían estar limpios.
—Andi (tensa): «Controles inestables… somos una bala con linterna.»
—Mir (fría): «Esto es una trampa de rastreo: nos vuelven visibles a todo el sector.»
—Yes (decisiva): «Sin punto ciego, nos van a fijar. Hay una opción.»
—Magnus (seco): «Dila. Rápido.»
La opción fue arriesgar la nave junto al horizonte de un agujero negro: pegarse al borde del pozo gravitatorio para que el ruido de la curvatura apagara la trampa. El plan pedía pulso de cirujano y nervios de hielo.
—Andi (tomando los mandos): «Curva de entrada… ahora.»
El casco vibró con un quejido bajo; fuera, las estrellas se estiraron como hebras.
—Mir: «Baja la firma, baja… ¡Cae la señal!»
—Yes: «Cortado el rastro. A oscuras otra vez.»
Éxito: la trampa se desactivó. Coste: tensión dentro de la cabina y una primera grieta que no tardaría en abrirse.
2) Desconfianza y ruptura
El precio del movimiento extremo fue desconfianza. Miradas cruzadas, frases cortas.
—Magnus: «No vuelvo a apostar mi vida a una acrobacia ciega.»
—Yes: «Hoy funcionó. Estamos vivos.»
—Magnus (abrochando el arnés): «Voy solo en el reconocimiento. Necesito caminos que no dependan de milagros.»
Nadie lo detuvo. Magnus se separó del grupo.
3) X2L: descenso y primer fuego
El objetivo era X2L, un planeta fuera de los mapas corrientes. Magnus bajó primero. Apenas tocó atmósfera, llegaron ráfagas de fuego de superficie: un recibimiento hostil.
Piedra negra, polvo salino, detonaciones breves. Magnus cambió vector, cortó expuesto, y logró zafarse entre cráteres basálticos. Salió herido leve, pero vivo.
—*Magnus: *: «Contacto hostil. Sigo en movimiento. Vivo.»
4) El otro frente.
El otro equipo entró por un corredor distinto. Yes Mir y Andi entraban por órbita baja. Enseguida, drones y torretas intentaron cerrarlas en una bolsa de fuego. Era un enjambre guiado.
—Mir: «Busquen el emisor. Si cae el emisor, cae el enjambre.»
—Yes (apuntando): «Lo veo.
Tiro alto. Yes hizo un disparo limpio; el proyectil entró y todo se saturó y explotó. el sistema de defensa cayó y ahora estaba todo quemado.
—Yes: «Pasillo despejado.»
—Andi (desde arriba): «sigamos; les cubro el cielo.»
5) Pitter y las piezas nuevas
Con la zona respirando mejor, Andi aterrizó y fue a buscar a Pitter, un viejo contrabandista. Los dos se reconocieron con una mezcla de deuda y cariño áspero. Pitter aportó rutas, frecuencias y aliados. Dos, en particular, se unieron al operativo:
a) Gigantes de Karys
Seres de tres metros, seis brazos de torsión muscular en espiral y piel pizarrosa adaptada a vientos de gravedad alta. Vienen de Karys, un mundo de tormentas sísmicas; caminan como clavando estacas invisibles al suelo.
- Hombros y antebrazos con placas de obsidiana.
- Ojos ambarinos con pupila vertical (ven con precisión en penumbra volcánica).
- Manos de cuatro dedos y pulgar oponible; callos duros como basalto.
- Respiradores de cerámica porosa, para filtrar polvo férrico.
Hablan poco y cumplen. Con Pitter se deben favores viejos; con Andi, pactan al ver que la jugada es seria.
b) Cinerio, el perro de fuego
Un cánido de pecho ancho y pelaje magmático: brasa bajo costra negra. Procede de Igan, luna volcánica; su linaje huele a carbón dulce.
- Temperatura superficial tibia en reposo, ardiente al activarse.
- Vetado incandescente en el lomo que palpita con el pulso.
- Olfato fino para minerales y combustibles; rastrea fugas.
- Al correr, deja una estela de humo dulce con notas metálicas.
Si te acepta, te escolta. Si no, te ignora como a una roca.
Pitter selló la entrega con su humor cansado: «No es caridad. solo negocios.»
6) Tres hilos en tensión
6.1) Magnus al filo de los archivos
Solo, usando huecos que él mismo forzó, Magnus llegó a un pasillo de ozono y cerámica: la entrada secundaria a lo que todos llamaban “el laboratorio central”. Ajustó arma, midió trampas, dio el primer paso.
6.2) Yes capturada
En una calle de baja luz, a Yes la interceptó un hombre con la urgencia en los ojos. No llegó como enemigo: llegó como devoto.
—Hombre (temblando): «Te busqué por todo el sector… por fin.»
—Yes (seca): «No soy quien crees.»
—Hombre: «Claro que sí. Te saco de aquí.»
Fue rápido. Sedante, oscuridad y la confusión perfecta: él no sabía que la mujer a la que amaba no era Yes; perseguía un recuerdo. Esa otra “ella” había robado una **entidad—algo más allá de datos o carne—, y su sombra confundía rostros y pasos. Yes alcanzó a advertirlo antes de caer, pero él solo oyó el latido de su obsesión.
6.3) Mir y Andi en la Ciudad del Norte
Mientras tanto, Mir y Andi convergieron en la Ciudad del Norte: un anillo de almacenes de sal y cúpulas de vidrio oscuro. Allí, la cartografía escondía una fortaleza secreta bajo un patio que se reacomodaba con marea subterránea.
7) Punto y seguido
La partida cerró en alto voltaje, con los tres hilos estirados al máximo:
- Magnus, a punto de entrar en el corredor que conduce a los supuestos archivos.
- Yes, cautiva de un enamorado que no distingue realidad de recuerdo; en la sombra, la pista de una entidad robada.
- Mir y Andi, de pie sobre la fortaleza secreta de la Ciudad del Norte, con un tesoro de datos a un movimiento de distancia.
La noche de X2L parecía contener la respiración. Cinerio dejó, antes del silencio, una línea de humo dulce.
Continuará…